Los paleolíticos optaron muy a menudo por figurar animales en tamaño real. Los detalles anatómicos han sido respetados tanto en sus aspectos formales como a nivel de las proporciones. El realismo de esas figuras permite establecer la edad, el sexo y el comportamiento de los sujetos.

Se pueden observar comportamientos que varían en función de las especies: caballos caminando o pastando, bisontes inmóviles afectando una postura agresiva, cabras enfrentándose…

En Cap Blanc, donde los volúmenes y los contornos de las esculturas han sido privilegiados, los caballos. Hasta parecen invitar los espectadores a que se suban a ellos

El Roc-aux-Sorciers, donde el artista tomó mucho cuidado en trabajar a las figuras de manera pormenorizada, ofrece una visión muy realista de una manada de cabra montés en movimiento donde se puede diferenciar las hembras de los machos y distinguir a los animales jóvenes.