La arqueozoología, que analiza las modalidades de adquisición y del tratamiento de los cadáveres de animales, aporta informaciones sobre las interacciones hombre/animal. En el sur-oeste, el reno constituye un caza privilegiada. Los cadáveres son generalmente transportados enteros al campamiento, lo que indica una proximidad de los territorios de caza. La observación de las marcas de corte (cutmarks) permite reconstituir las diferentes etapas de la cadena operatoria del abasto. Los huesos largos tienen impactos de facturación sistemáticos, lo que indica la extracción de la medula para el consumo. La explotación intensiva de los ungulados no se limita a su aspecto alimenticio. Los huesos pudieron servir como combustible y pueden tener estigmas de recuperación de materias primas (pieles, madera, huesos, dientes, tendón, etc.) en relación con actividades técnicas (trabajo de la piel, realización de utensilios domésticos y armas de caza, realización de colgantes y obras de arte, etc.). Los cazadores-recolectores magdalenienses estaban perfectamente adaptados a las condiciones climáticas y se aprovecharon de los recursos vegetales, animales y minerales presentes en el medioambiente natural.