La flora

El medio ambiente de la ciudad de Lattara puede ser aprehendido a través de los análisis geomorfológicos, arqueozoológicos y arqueobotánicos (especialmente palinológicos), pero también gracias a otros vestigios documentados durante las excavaciones arqueológicas. En particular, los restos de animales (especialmente los huesos), así como los restos vegetales (a menudo los carbones de madera), hallados en la aglomeración permiten hacerse una idea del medio en el que vivían los habitantes. Instalada en pleno contexto fluvio-lagunar, la ciudad de Lattara se encuentra a proximidad de encinares y de un bosque de llanura rico en fresnos y olmos. Los carbones de madera procedentes de hogares domésticos indican que los habitantes utilizaron recursos locales : madroños, bojes, arces, pinos, saúcos, lentiscos, enebros. El combustible pudo también proceder de la poda de árboles frutales : vides, ciruelos, cerezos, higueras, nogales, olivos.Otras especies estaban igualmente presentes en los bosques de los alrededores: avellanos, hayas, abetos... El taray estaba bien representado. ​

La fauna

La presencia de bosques próximos está igualmente confirmada por los hallazgos de huesos de ciervos, corzos, jabalís, así como de osos, linces y liebres. Los animales más pequeños, como el ratón y el lirón gris indican la presencia de medios húmedos. Algunas especies, como las musarañas y los ratones de campo, confirman la proximidad de espacios cultivados y huertos. Los restos de aves indican la presencia de extensiones pantanosas (somormujos, cigüeñas, pelícanos), en ocasiones de agua dulce (garzas reales, patos, pollas de agua), en ocasiones de agua salobre (ostreros, urracas, avocetas). Las aves marinas están presentes en poca cantidad (gaviotas). Por lo que respecta a los búhos, lechuzas, palomas, cernícalos, buitres y alcatraces, son representantes de un medio forestal.