El análisis estratigráfico de las figuras permite precisar las modalidades de construcción de los conjuntos gráficos y encontrar el encadenamiento de los gestos.
La realización del Unicornio y de los grupos de caballos, de ciervos y de uros de la Sala de los Toros se ha dividido en varias fases que, cronológicamente, se articulan del siguiente modo:


● Friso de los caballos negros.
● El Unicornio.
● El caballo policromado y los motivos equinos esbozados sobre el flanco del Unicornio y entre las cornamentas de los dos primeros grandes toros.
● Trazado de los cuatro toros completos y de los prótomos.
● Bovinos rojos, vacas y ternero.
● Friso de los Pequeños ciervos.
● El oso toma sitio durante la fase final, sin que por lo tanto se pueda precisar su rango con relación a los ciervos.


En el Divertículo axial, el primer segmento muestra también esta misma lógica. Los dos frisos de tres équidos, el de los caballos chinos y su reflejo, sobre la pared opuesta, son ambos anteriores al grupo formado por los cuatro uros hembras.
Una cronología idéntica se constata también en el panel de los Ciervos que nadan, con una anterioridad temporal del caballo con relación a la de los ciervos. Sucede lo mismo sobre los paneles de la Gran Vaca negra y de la Huella, en los que los bovinos, uros y bisontes, ocupan una posición siempre posterior a la de los caballos.
Esta lógica, basándose en los tres temas principales, se extiende al conjunto del santuario. El hecho de encontrar siempre la misma secuencia, en el seno de la cual los caballos están siempre trazados en primer lugar, seguidos de los toros y después de los cérvidos, implica una gran cohesión en la construcción iconográfica de este santuario, así como una estructuración temporal notable.