En Ardèche, la mayoría de los yacimientos arqueológicos están ubicados en el sudeste del departamento. Esta distribución, que sigue hacia el sur por el departamento del Gard, se limita a las zonas de caliza vinculadas a la presencia de cavidades kársticas (cañones de los ríos Ardèche, Cèze y Gardon) y al valle del Ródano, con sus terrazas aluviales y sus depósitos de  lœss. En el Paleolítico superior, es evidente el contraste entre esta orilla del Ródano y la de enfrente, que está prácticamente vacía, lo mismo que pasa con la presencia de animales como por ejemplo el mamut. 

En el Auriñaciense

Durante el período Auriñaciense, hace entre 43 000 y 35 000 años, son escasos los hábitats documentados en Ardèche (abrigo Pécheurs, cueva Figuier) mientras que estos abundan en Languedoc (la Salpétrière, la Balauzière, Esquicho-Grapaou, la Laouza, etc.). Pasa lo mismo con los yacimientos de los períodos más antiguos del Gravetiense. Durante las fluctuaciones climáticas, y al contrario de lo que ocurre con las cuevas profundas como Chauvet, los rellenos de los porches rocosos y de los abrigos parecen haber registrado mejor los episodios fríos que los húmedos. 

Las cuevas decoradas 

A día de hoy se han registrado una veintena de cuevas decoradas en el cañón del Ardèche y sus alrededores,  en el valle del río Gardon (Baume-Latrone). En este conjunto de cuevas hay algunas de importancia (Ebbou, Oulen, Émilie, etc.) pero no se ha procedido a su datación, ya que no se les había dado prioridad hasta el hallazgo de la cueva Chauvet.