La situación de la ciudad favoreció indudablemente la pesca : anzuelos, plomos y lanzaderas para las redes atestiguan esta actividad, caracterizada además por el estudio de los restos de pescado. Desde los inicios de la ocupación hasta el siglo I antes de nuestra era, la pesca se realizaba esencialmente en la laguna. Los peces más consumidos eran la dorada, la lubina, los mújoles y la anguila. A partir del siglo I a. n. e., la pesca se diversifica orientándose igualmente hacia el mar ; las capturas son más variadas y la explotación de pequeños peces migratorios, como la caballa, la sardina y la anchoa, se intensifica. Algunos huesos de ballena han sido también inventariados en el yacimiento. Los moluscos son igualmente buscados : los estudios realizados sobre series datadas entre los años 400 y 200 antes de nuestra era documentan la presencia de mejillones, berberechos, coquinas y almejas.